VENTAJAS Y INCONVENIENTES DE CADA UNO DE LOS SISTEMAS HABITUALES
Es habitual que un cliente -o un conocido sabedor que nos dedicamos a la arquitectura- nos haga la siguiente pregunta: ¿Cuál es el mejor sistema de climatización? Lo preguntan ante la decisión de climatizar su casa y esperan que les demos una respuesta sencilla y corta del tipo, “tal sistema es el mejor, colócatelo y olvídate de los otros”.
A veces tenemos la tentación de responder de la manera que esperan de nosotros, pero entonces recordamos que somos técnicos y debemos responder con rigor. La respuesta no es tan simple y, de hecho, esa pregunta no tiene respuesta. Ya que cada sistema de climatización tiene sus pros y contras. El mejor sistema de climatización es un diferente dependiendo de los condicionantes y de lo que se priorice.
El que haremos aquí es repasar brevemente los sistemas más utilizados para vivienda y exponer sus características y los casos donde son aconsejables.
Suelo radiante, el máximo confort pero costoso
La calefacción mediante suelo radiante da a los espacios una sensación de confort que no tiene rival, por varios motivos. Mantiene caliente el pavimento, tiene una distribución decreciente de la temperatura según aumentamos en altura (tal como al cuerpo humano le gusta y no al revés), no presenta variaciones bruscas de temperatura entre espacios contiguos y no forma molestas corrientes de convección de aire.
En cuando a las desventajas debemos decir que es caro. Caro de montar y caro de mantener. Requiere una fuerte inversión inicial ya que la instalación es costosa en cuanto a material y en cuanto a mano de obra y el consumo energético del sistema es alto en relación a otros sistemas de calefacción (no olvidemos que el sol radiante antes de calentar el ambiente calienta el pavimento). Es verdad que últimamente se ha abaratado tanto su colocación como el consumo debido a avances técnicos (sectoritzaciones con termostato, altos COPs, etc) pero aún está por encima de los otros sistemas. Si buscamos amortizar económicamente el sistema no lo conseguiremos. En el suelo radiante pagamos la calidad.
Como aspectos a tener en cuenta, no conviene combinar el suelo radiante con pavimento de madera natural (que le haría de aislante térmico indeseado) ni utilizarlo en espacios de uso esporádico (que tendrían un rendimiento muy bajo). Hay que recordar que es un sistema de calentamiento lento aunque, una vez que como usuario se le tiene cogida la medida puede resultar eficiente sólo con periodos cortos de funcionamiento. Por ejemplo, en una vivienda ocupada durante todo el día, puede ser suficiente con programarlo para que se encienda 4 tramos de media hora (de 6 a 6:30, de 11 a 11:30, de 18 a 18:30 y de 21 a 21:30).
Radiadores, calor uniforme
La calefacción por radiadores (radiadores de agua, no los eléctricos) es casi tan confortable como el suelo radiante sin tener su coste de consumo. También presenta una distribución decreciente de la temperatura según aumentamos en altura y pocas variaciones de temperatura entre espacios contiguos, pero no calienta el pavimento.
A cambio, aunque también es costosa de instalar (a similar nivel que el suelo radiante), tiene un consumo mucho menor ya que es más eficaz (calienta directamente el aire). En este caso, hay que tener en cuenta la colocación de los radiadores, que ocupan espacio de pared -aunque se pueden integrar parcialmente en los cerramientos- y quedarán vistos en las estancias (es verdad que hay radiadores de diseño muy cuidado pero resultan caros).
Aire acondicionado centralizado, frío y calor
La climatización por aire tiene la gran ventaja de que puede solucionar al mismo tiempo el calentamiento y el enfriamiento de los espacios y puede también controlar la humedad. Si el sistema es centralizado (el que se le llama “por conductos”), puede climatizar toda una vivienda tanto en verano como el invierno. No obstante, es aconsejable “sectoritzar” la instalación para evitar consumir energía acondicionando espacios no utilizados.
El sistema tiene, por contra, su parte negativa. Crea corrientes de convección de aire que resultan molestas -debido a que lo que acondiciona es el propio aire expulsado-, tiene un consumo de uso elevado en relación a otros sistemas (siempre perderá efectividad debido a los conductos por más que se aíslen) y, por lo que respecta a calefacción, acumula en exceso el aire caliente en la parte alta de las estancias -lo cual puede dar sensación de malestar en la cabeza-.
Además, el sistema requiere una preinstalación de conductos -generalmente escondida en falsos techos- que ocupa un espacio considerable. Esto no es realmente un inconveniente pero sí que es necesario tenerlo en cuenta a la hora de diseñar y dimensionar la instalación (en edificios existentes puede resultar complicado debido a las alturas existentes).
Esplits y estufas, soluciones puntuales
La climatización de aire acondicionado por esplits o la calefacción mediante estufas (eléctricas o de gas) son soluciones de muy bajo coste de instalación y poca o ninguna afección al conjunto del edificio. Pueden resultar efectivas para resolver problemas localizados o como apoyo puntual de otros sistemas generales pero no consiguen una climatización global adecuada de una vivienda.
Un esplit en un lugar especialmente expuesto al soleamiento o un radiador eléctrico o estufa de gas en una zona de mucho uso en determinadas fechas del invierno más crudo son un recurso interesante. Ahora bien, cuando se utilizan como sistema único y se pretiene que den solución a la climatización general del edificio resultan insuficientes y de un consumo elevadísimo (nos referimos aquí a los que funcionan con electricidad).
Pese a ello, hay determinadas geografías y determinados edificios (según su exposición, configuración, condiciones de uso y características constructivas) que casi pueden resolver el acondicionamiento de sus espacios con este tipo de soluciones.
Hemos hablado aquí de los sistemas pero los sistemas pueden funcionar con diferentes fuentes de energía. En el próximo puesto trataremos las principales fuentes de energía al nuestro alcance, también con sus pros y contras y algún consejo.