CÓMO ELEGIR LA MANERA MÁS ADECUADA DE ABASTECERNOS
En el anterior post tratamos los sistemas de climatización más habituales pero cualquiera de los sistemas mencionados -y también el agua caliente sanitaria (en adelante ACS) requieren de una fuente de energía que los ponga a funcionar.
Aquí describiremos brevemente las más extendidas y acosejaremos la elección de una de ellas en función de las condiciones de la demanda de energía -cantidad, periodicidad, tipo de clima- para que se adapte a las necesidades en cuando a pragmatismo y economía.
Energía eléctrica, la más costosa de todas
Sólo deberíamos abastecer un sistema de climatización con energía eléctrica convencional cuando no tuviéramos ninguna otra alternativa ya que es, con mucha diferencia, la más cara de las opciones. Puede ocurrir que el edificio que debemos abastecer no tenga cerca suministro de gas ciudad ni tampoco la posibilidad de instalar placas solares debido a inaccesibilidad a cubierta propia y sí tenga, en cambio, acometida a la línea eléctrica.
Ahora bien, un sistema general de climatización sumado a una demanda de ACS, con energía eléctrica convencional garantizará una factura eléctrica elevadísima. Si a los 0’16 €/kWh que las compañías están cobrando como media sumamos los fijos por potencia contratada y el hecho de que todos los años sube su precio, queda claro que la energía eléctrica es un gran dispendio.
Aerotérmia, electricidad pero más eficiente
Lo que llamamos Aerotérmia no es más que un sistema de bomba de calor pero con un COP elevado que garantiza una mayor efectividad del consumo eléctrico. El COP (Coeficient Of Performance) es la relación entre la energía eléctrica consumida y el energía térmica ofrecida por el sistema. Así, un sistema de aerotérmia de COP 4 (un estándar a día de hoy) produce 4 KWh de calor -o de frío- con un consumo eléctrico de 1 KWh.
Esto se consigue con el funcionamiento de bomba de calor, que consiste en que el resto de la energía se obtiene del aire del ambiente (interior o exterior dependiendo de si nos encontramos en verano o en invierno). Por tanto, se requiere que el sistema sea invertible y, como todos los sistemas de bomba de calor, disminuye su eficacia a medida que la temperatura del ambiente exterior disminuye.
Un mismo sistema de aerotérmia puede abastecer tanto a la climatización como el ACS. Se requiere una inversión inicial media y este sistema es especialmente aconsejable para climas templados sin invierno crudos, ya que por debajo de 0 grados centígrados su funcionamiento es deficiente y poco rentable.
Gas ciudad, económico en consumos medios
El gas ciudad tiene el consumo más barato de todas las fuentes de energía habituales -sin tener en cuenta la energía solar, evidentemente-, del orden de 0’03 €/kWh. Con gas ciudad podemos abastecer una caldera que caliente tanto el agua caliente sanitaria como el líquido de un sistema de radiadores o de suelo radiante. Es, por lo tanto, un sistema que necesitaría de un complemento adicional en caso de que consideremos conveniente una refrigeración.
La instalación del sistema requiere una inversión media ya que, si bien la compañía ofrece gratuitamente la acometida, el usuario deberá adquirir el sistema de caldera y distribución interior. Por otro lado, el suministro de gas ciudad está penalizado -de la misma manera que la electricidad- por tasas fijas de abono que no están relacionadas con el consumo. Esto quiere decir que en casos de consumo esporádico o puntual (viviendas de temporada o edificios donde el gas ciudad solo se utilice en calefacción) no resulta adecuado.
Placas solares, aprovechar lo que El Sol nos da
Desde la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, las viviendas de nueva construcción ya tienen la obligación de incorporar la captación de energía solar para satisfacer parte de la demanda de energía derivada del ACS. Pero habría que ir más allá.
Aquí hablamos de un sistema centralizado de captadores (placas fotovoltaicas) y acumuladores, que permita casi abastecer toda la demanda de calefacción y ACS de la vivienda. Nos encontramos el condicionante fundamental de tener espacio suficiente en cubierta -o en parcela- para situar los captadores con suficiente soleamiento.
El sistema requiere una inversión inicial elevada pero el retorno económico es rápido, ya que, el gasto en consumo no existe. Además, si los gobiernos próximos tomaran la sensata decisión de promocionar el uso de energías renovables -cosa que no ha hecho el actual Gobierno-, disminuyendo los impuestos que las gravan y permitiendo la venta de la energía sobrante a otros consumidores o a las compañías eléctricas, los sistemas de energía solar aumentarían exponencialmente.
Pellets y Gasóleo, solo pagamos lo que consumimos
Hemos agrupado aquí 2 fuentes de energía que, si bien son bastante diferentes en cuando a características (los pellets son energía renovable o biomasa mientras que el gasóleo es combustible fósil derivado del petróleo), tienen una cosa muy importante en común. Las calderas alimentadas por estas fuentes de energía tienen consumo cero y coste cero cuando no están en funcionamiento. No hay tasas de abono ni de mantenimiento de suministro. Se paga únicamente lo que se utiliza y cuando no se utiliza, el depósito mantiene su nivel.
Esto hace que sean combustibles idóneos para consumo puntuales o estacionales, como por ejemplo calefacción en climas templados (que solo la requieren 2 o 3 meses al año). A partir de aquí hay también otras diferencias. Los pellets son más económicos (unos 0’04 €/kWh) pero se requiere un almacenamiento más voluminoso o compra frecuente, mientras que el gasóleo es más costoso (unos 0’11 €/kWh) y puede generar olores pero no requiere suministro frecuente (una carga puede durar toda la estación de invierno).
En este caso, como ya hemos comentado antes, las políticas energéticas de los gobiernos deberían ir encaminadas a promocionar la biomasa y penalizar el combustible sólido. Se hace en parte pero habría que profundizar más.
Esperamos haber podido dar una visión general de las posibilidades de suministro de energía y la más adecuada a cada caso.